Antes, se escogían unos pocos productos para llenar las estanterías físicas de las tiendas…ya que el coste del metro cuadrado de una estantería en un local comercial era muy elevado.
Ahora las estanterías virtuales son infinitas, y el coste marginal de añadir un producto más a la venta es prácticamente nulo.
Otro ejemplo de emprendedor es Angel María Herrera. Creador de Bubok.com, empresa que ofrece publicaciones bajo demanda.
Siguiendo la estela de Bob Young y su pionera Lulu.com, ambos tratan de explotar el nuevo El Dorado : «La larga cola (Long tail)». Veremos en Marketing que con este modelo de negocio se hizo rico Amazon.
Angel María se ha centrado en el mercado español. El objetivo no es únicamente la descarga en formato electrónico, sino la impresión física tradicional, como indica en esta entrevista en El País,
«El tiempo medio del proceso, desde que se pide el libro hasta que se entrega, es de quince días. Los precios oscilan según la calidad de papel y la cantidad de páginas entre los 5 y los 24 euros.»
Con estas iniciativas y la apertura de tiendas virtuales, el cambio del modelo de cadena de valor en la industria editorial es radical (medida en % del precio final pagado por el consumidor):
Los porcentajes son aproximados, varían en función del poder de negociación de cada eslabón de la cadena: hay autores que cobran 0% por los derechos (otros el 12%), puntos de venta más caros y exclusivos, editores con más poder que otros…
En el caso de la venta por internet, el gráfico puede ser engañoso. El 80% del precio final es en formato electrónico de coste nulo. Si hay que imprimirlo, el porcentaje es sobre el margen de beneficio (una vez descontados los costes de producción).
En el modelo tradicional, la editorial asume el riesgo de producir físicamente la obra. En este nuevo modelo se anula ese riesgo, al ser la impresión bajo demanda.
Una vez más Schumpeter y la «destrucción creadora», progresando la sociedad, con ganadores y perdedores en el proceso.