Cuando un alumno comentaba en clase que la música de su grupo era muy buena pero la gente no sabía apreciar su calidad («la culpa es de la industria») …me acordé de otro gran incomprendido:
Diferencia de apreciación sobre la calidad externa-interna
Ya hemos comentado el éxito de la la producción flexible de Toyota (finales de los años cincuenta), siguiendo las ideas de la búsqueda de la calidad total de Edwards Deming.
Hasta Demings se daba por alto que para ser más productivo era necesario obtener menos calidad.
Él argumentaba que por el contrario, si trabajamos cada vez con más calidad, seremos más productivos.
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Nadie es profeta en su tierra
En EEUU nadie le hizo caso. Al igual que ha sucedido ahora, en épocas de bonanza y expansión no solemos estar abiertos a cambios de mentalidad («si hasta ahora todo nos ha ido bien…¿para qué cambiar?»).
Necesitamos un duro golpe para plantearnos hacer mejor las cosas (es lo bueno de las crisis, «limpian», provocan cambios estructurales).
Un Japón devastado por la II Guerra Mundial fue el terreno propicio para sus ideas. Adoptaron su filosofía de la Calidad Total y pasaron en pocos años de la más absoluta pobreza a ser la segunda potencia económica mundial.
A estas alturas del curso ya sabéis que me gustán mucho las líneas de tiempo. Una grave carencia de manuales de Economía de la Empresa de bachillerato es que desarrollan desordenadamente conceptos y escuelas, y al final os crea un batiburrillo en la cabeza.
No podemos entender la aportación de Elton Mayo si antes no valoramos lo que hicieron Taylor y Ford. Ni tampoco la obsesión de Ouchi por conocer los secretos de la industria japonesa sin maravillarnos antes del descubrimiento que les transmitió Deming.
Parece evidente, pero este es el mayor agujero negro de los libros de texto.
La mayor parte de ellos hablan de la dirección por objetivos de Drucker (1950) como si la hubieran descubierto y aplicado hace dos días…
En Economía de 1º, Mc-Graw Hill se atrevió con el Penalonga a innovar, y logró el libro de más exito del mercado. Lamentablemente no ha salido un Penalonga de 2º de Bachillerato.
Para la línea de tiempo, he intentado elegir a los grandes entre los grandes. Sólo me he permitido una pequeña licencia con el último nombre: Pilar Jericó.
Con sus libros (“Gestión del Talento: Del profesional con talento al talento organizativo”, “La nueva Gestión del Talento: construyendo compromiso” y “NoMiedo en la empresa y en la vida” ), se ha convertido en una auténtica referencia a la hora de abarcar este nuevo horizonte de la administración de empresas que es el talento.
De sus libros me encantan su elección de citas y sus didácticos esquemas.
Sí, siempre estamos volviendo a la idea fundamental que estudiamos en el año pasado:
Los recursos son escasos y pueden asignarse a diferentes fines, por lo que debemos administrarlos buscando la mayor eficiencia.
De forma continua la humanidad está reorganizando cómo asigna estos recursos, buscando sus destinos más rentables.
El reto de la economía es gestionar la escasez
Esta semana se ha hablado mucho de los coches eléctricos.
Podemos estudiar la evolución de la empresa moderna, siguiendo la evolución de la industria del motor en el siglo XX :
– El Ford T (1908), como ejemplo de empresa orientada a la producción y a la eficiencia (enfoque de Taylor).
– La diversificación en marcas de la General Motors (Chevrolet, Pontiac, Oldsmobile, Buick y Cadillac) emprendida por Alfred Sloan (1923) para atender las necesidades de los consumidores (enfoque de Drucker).
– La producción flexible de Toyota (finales de los años cincuenta), siguiendo las ideas de la búsqueda de la calidad total de Edwards Deming.
Y ahora estamos ante el siguiente salto estructural, pasar del motor de combustión al motor eléctrico.
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Me ha gustado mucho la información sobre coches eléctricos publicada en el blog Tierra Renovables
«En aproximadamente unos 3 años será factible disponer de un vehículo eléctrico que sólo tarde cinco minutos en cargar su batería en vez de 7 u 8 horas que tardan actualmente.»