Alejandro Tiana, secretario de Estado de Educación, ha comentado para El País los cambios que quieren realizar en las oposiciones docentes.

Mi resumen:
- En junio de 2023 se harán los exámenes con los temarios actuales y con el sistema actual.
- A partir de septiembre de 2023…entre que la tasa de interinidad tiene que ser inferior al 8%…todas las plazas que saldrán a oposición y los experimentos MIR que quieren hacer…el panorama será muy incierto para los interinos. La idea parece ser sustituir interinos por profesorado en prácticas (MIR educativo o Master profesorado), de esta forma se ahorran la mayor parte de las nóminas de los interinos, que como serán pocos en septiembre de 2023, tendrán escaso poder de movilización.
Lo que dice El País:
Un nuevo modelo de profesorado
La ley da un año al Gobierno para presentar, tras consultarlo con las autonomías y los representantes de los profesores, una amplia revisión de la profesión docente. Desde la formación que reciben en la universidad, a su carrera profesional, pasando por las oposiciones que dan acceso a puestos fijos en las escuelas e institutos públicos.
La reforma del sistema de oposiciones incluirá la renovación de los temarios, sobre lo que hay consenso. “Algunos mantienen cierta vigencia, pero otros, como el de Informática, están absolutamente desfasados”, afirma Pedro Andreu, del sindicato STES. Y los actuales exámenes serán sustituidos “por pruebas que no sean fundamentalmente memorísticas”, dice Tiana. “Que los docentes tienen que saber cosas está claro, pero que las pruebas consistan básicamente en que demuestren que las saben, no. Tiene que haber una parte aplicada. En la actualidad esto está cubierto por las programaciones que presentan los candidatos, pero hay que revisar si es el mejor modo. En todo caso, deberá adecuarse al nuevo modelo de enseñanza que queremos implantar”, añade.
La ley da un año al Gobierno para presentar el plan, pero eso no quiere decir que los cambios deban materializarse entonces. Por lo que respecta a las oposiciones, las normas no verán la luz hasta, por lo menos, entrado 2022. Los cambios no se aplicarán a las convocatorias que estén entonces activas y se dejará un periodo de transición posterior para no perjudicar a quienes sorprendan estudiando.
Elevar la exigencia en el acceso a las carreras de Educación Infantil y Primaria, para la que ahora basta en la mayoría de casos con un cinco, y al máster de Secundaria, para el que suele ser suficiente con ser graduado, podría ser útil para mejorar el nivel de los docentes. Pero las notas de corte son el resultado de la oferta de plazas que hacen las universidades (en este caso, muy amplia), y la demanda. Una posibilidad sería introducir una prueba de acceso, al estilo de lo que sucede en Finlandia y, dentro de España, en Cataluña (donde en torno a un tercio de los aspirantes suspende los exámenes de matemáticas y comprensión lectora de los que consta). Pero no hay ninguna decisión tomada y los cambios que se adopten serán fruto de las negociaciones que mantiene el ministerio con los decanos de las facultades de Educación.
Uno de los aspectos que se está abordando es la necesidad de dar mayor peso a las prácticas en la formación de los futuros docentes. La voluntad es ir hacia un modelo de prácticas tuteladas por profesores en ejercicio —de ahí que se hable de MIR del profesorado, por la comparación con el modelo de médico interno residente que ha dado buenos resultados en los titulados en Medicina—. Antes de la pandemia se planteó que duraran un año. Pero Tiana afirma que el modelo puede ser diferente para los maestros de infantil y primaria (que disponen de cuatro años de carrera para distribuir las prácticas) y los del máster del profesorado (que dura uno o dos años).
La revisión de la profesión incluirá la creación de un estatuto de la función docente que recoja la carrera profesional, una materia pendiente desde hace décadas y que en 2007, recuerda Maribel Loranca, responsable educativa de UGT, se frustró por falta de financiación. Loranca defiende que se amplíen las vías de promoción, que hoy son muy limitadas. Un maestro de primaria puede presentarse a director o estudiar para convertirse en inspector de educación o en profesor de secundaria, pero no tiene posibilidades de promocionar manteniendo su puesto de maestro, si eso es lo que le gusta hacer, señala. Además de introducir incentivos salariales el ministerio baraja incorporar otros, como ofrecer la posibilidad de participar en la formación de los nuevos docentes.