Entrevista a Juan Díaz-Faes

Después de haber leído el cómic «Éxito para perdedores», estos días vamos a conocer un poco más sobre los autores.

Hoy vamos a dedicar el blog al autor de los dibujos de “Éxito para perdedores”

El blog de Juan Díaz-Faes

Juan Díaz-Faes (Oviedo, 1982). Inquieto y curioso por naturaleza, divide su energía entre la investigación, el mundo gráfico y el audiovisual, en el que trabaja de operador de cámara en diversas productoras televisivas, publicitarias y musicales. Ha dirigido el documental Eremita Stew, premiado en el Festival Internacional de Cine de Gijón. No hace ni un par de años que se dedica al dibujo de manera profesional. Actualmente publica periódicamente en revistas como Yorokobu y Ling. Es uno de los miembros de la editorial de cómic Ultrarradio, con la que fomentan la difusión del cómic en todas sus vertientes y donde ha publicado su primera historia individual, Leónido Lemmy (Ultrarradio, 2012). También ha colaborado en Cortocuentos 2 (Astiberri, 2012). Ha realizado diversas investigaciones para la UCM y la UAM sobre la creatividad, el proceso creativo y su relación con la calidad de vida.

Muchos jóvenes tienen muchas dudas sobre cómo orientar su vida profesional. Me ha sorprendido mucho que hayas decidido dedicarte al dibujo de forma profesional hace solo dos años. Nos puedes comentar un poco como ha sido tu evolución personal-profesional y qué te ha motivado para afrontar  este último cambio.

Dedicarse al dibujo de una manera profesional es algo con lo que sueña cualquier persona a la que le guste dibujar. Pero normalmente se queda en eso, en un sueño.

Mi caso no era algo muy diferente; estudié Bellas Artes sin saber a qué me quería dedicar en el futuro, pero con la motivación de saber lo que realmente me gustaba. Cuando acabé la carrera, hice un doctorado sobre el proceso creativo y trabajaba como cámara de televisión. Seguía dibujando siempre que tenía un hueco entre estudios o trabajo, hasta que coincidió que tuve una gran cantidad de tiempo; terminé de estudiar y el programa para el que trabajaba se cogía vacaciones, así que tenía todo el tiempo del mundo para dibujar.  Todos los días subía uno o dos dibujos a la web, como ejercicio para no distraerme con otras cosas que no estuvieran relacionadas con el dibujo. Un día alguien preguntaba en twitter si conocía algún ilustrador que pudiera hacer un trabajo esa misma noche, sin dudarlo, le dije que yo me ofrecía (muchas veces, sobre todo al principio, aunque no haya dinero por el medio, el hecho de publicar en papel algún trabajo es enriquecedor). A la revista (A) le gustó mucho mi trabajo y me propusieron seguir publicando con ellos (todavía de una manera gratuita). Más adelante esa revista compró otra publicación (B) para la que me llamaron (esta vez cobrando, eso si) y después de un tiempo, la revista (A) creció significativamente y empezaron a pagarme también esos trabajos. Una cosa llevó a la otra y sin darme cuenta ya publicaba en dos o tres revistas, hacía publicidad, animación, cómic… y empecé a darme cuenta de que podría vivir de eso. En ese momento tomé la decisión de centrarme 100% al dibujo y dedicarme a aquello que siempre había querido hacer.

Hablemos un poco del proceso de elaboración del cómic: 

–       ¿Qué retos y dificultades te supuso el peculiar orden cronológico del cómic?

En este caso no fue demasiado complejo pues me lo tomé como capítulos independientes, así que no me complicó demasiado que tuviera una narrativa cronológica peculiar. El único punto que se repetía en la historia era David, así que sólo tuve que preocuparme de que su personalidad/estética/valores fueran coherentes con la edad o pensamientos que tendría en cada época.

–       ¿Qué parte del cómic te supuso un mayor reto o dificultad?

Al ser una historia real, cualquier cosa que dibujase o contase, estaría sujeta a la obligatoria comparación que David haría sobre su propio recuerdo. Por suerte, a David le resultaba al mismo tiempo muy interesante ver cómo yo interpretaba y pasaba por mi filtro las historias que él había vivido.

–       ¿Qué fue lo que más te sorprendió de la historia de David?

Lo que más me sorprendió fue lo cinematográfico de su historia. Mientras me contaba las cosas que le habían pasado, pensaba que todo encajaba perfectamente como un perfecto guión de cualquier película. Aparte por supuesto, de la cantidad de experiencias que se muestran; la fiesta en NYC, los premios Bafta, la policía en tu casa…

Cambiando un poco de tema…¿cómo ves el estado del sistema educativo en España?

He estudiado y trabajo durante años como profesor de dibujo en varias ciudades de España y en todas coincido en que el sistema educativo está estancado. Los valores y las técnicas no evolucionan con las nuevas generaciones. Ser profesor en España siempre se ha visto como un trabajo cómodo, en el que, si tenías la suerte de sacar una plaza, te había tocado la lotería pues ibas a vivir muy bien el resto de tu vida. Independientemente de las leyes vigentes del sistema educativo (que ahora ya desconozco) para mi, el mayor problema es que el de profesor, ya no es un trabajo vocacional.

¿Qué opinas del uso del cómic como material didáctico?

Por fin nos estamos dando cuenta del potencial que tiene el cómic como material didáctico. En países como Francia o en general, del norte de Europa llevan años con ese concepto aprendido. Hasta hace poco, el cómic era algo muy infantil y por tanto, no tenía nada que “enseñar”. Desde que se empiezan a tratar temas más maduros o a editar cómics en un formato libro-objeto la gente poco a poco entiende y ve el cómic con más respeto. Una de las mayores ventajas del cómic como material didáctico es la posibilidad de explicar y mostrar contenidos a veces complejos apoyados de una gráfica mucho más rica que las simples fotos o ilustraciones que aparecen el los libros de texto. Además, el interés que genera (en cualquier tema) la didáctica narrativa con la que se puede jugar en las historias contadas en formato viñetas ayuda significativamente a la comprensión de datos por parte del estudiante.

Para terminar me han gustado mucho en tu blog  tus “Cuadernos de viaje”. En concreto me llamó la atención el de Coruña (mi ciudad natal). ¿Cómo se te ocurrió la idea de hacerlos?

Al trabajar en una revista de una compañía aérea, vi claro ofrecerles la posibilidad de publicar una sección mensual en la que se mostrasen todas las ciudades a las que podrías volar con dicha compañía. Les propuse la idea, les gustó, y a volar.

Una foto para el blog…la otra podría ser el Cuaderno del viaje a Coruña

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