Estamos estudiando las estructuras en red, y cómo las organizaciones se aplanan.
Nuestro país roza la recesión y no parece que estén mejorando nuestros problemas estructurales (la rigidez del mercado de trabajo, la transparencia de las instituciones, el nivel de la clase política…).
Una esperanza para desarrollarnos es el uso de redes sociales como elemento de desarrollo económico.
Ya hemos hablado del impulso que pueden dar a nuestra economía clubs sociales de vendedores como como Hermeneus, que ha nacido con fuerza en el País Vasco y se está extendiendo con rapidez a otras zonas geográficas.
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De esta forma mediante Hermeneus, desde Madrid se pueden comprar directamente al productor productos como estos chuletones vascos sin intermediarios.
Los recortes no deberían estar en número de profesores o camas de hospital, sino en intermediarios que ya no cumplen una función social. La sociedad civil debe despertar y empezar a utilizar las redes sociales no solo para entretenerse, sino para mejorar la eficiencia económica del sistema.