No es la primera vez que hablamos de Xabier Sala i Martin, uno de los mayores especialistas en crecimiento económico y co-autor con Barro del manual de más éxito universitario en este campo. Ambos siempre suenan como candidatos al Nobel cada año.
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Ayer leía un artículo sobre una conferencia en la que puso el ejemplo de su novia en África. Es muy didáctica para entender el problema de la intervención occidental en África:
Ante un auditorio lleno a rebosar y ataviado con una de sus características americanas chillonas, este economista –catedrático de la Columbia University y profesor visitante de la Universitat Pompeu Fabra (UPF)– mostró una fotografía en la que una joven rubia posaba sonriente, rodeada de un grupo de niños africanos en una aldea.
«Mi novia es la blanca», arranca Sala i Martín, que cuenta que la fotografía fue tomada en el primer viaje de esta chica a África, en su visita a una aldea con la que colabora la ONG que fundó el hombre de las americanas refulgentes. «Mi novia hizo todo lo que hacen las chicas blancas, guapas, benevolentes y ricas cuando llegan por primera vez a África: sacarse fotos con los niños».
«La segunda cosa que hizo mi novia –prosigue– fue comprar caramelos. Yo, mientras tanto, estaba en el ayuntamiento. Por supuesto, reparte los caramelos entre los niños. Veinte dólares dan para muchos caramelos. Ella se siente extraordinariamente generosa, compartiendo los caramelos con los niños».
«Justo antes de irse –relata–, decide volver a hacerlo. Y en lugar de veinte dólares en caramelos, gasta cincuenta dólares. Tiene montones de bolsas de caramelos… Pero la cosa cambia respecto a la primera vez. Cuando sale de la tienda, empiezan a surgir niños por todos lados, pegándose entre ellos para ser los primeros de la fila, sangrando. Dos mujeres se acercan a mi novia, tan blanca, tan guapa, tan benevolente y tan rica, y le dicen que la ayudarán. De repente, una de las mujeres agarra una bolsa de caramelos y arranca a correr».
«Y ella, tan benevolente y tan blanca, la persigue hasta llegar a una choza. Cuando la atrapa, la mujer le dice que su hijo está muy enfermo, y que iba a vender la bolsa de caramelos para comprar medicinas. Y mi novia aprende todos los errores».
La de ayer fue una charla sobre errores, una crítica mordaz al ‘buenismo’ que llevaba por título ‘Creixement i cooperació: El Desenvolupament d’Àfrica’. Hubo cifras, gráficos y anécdotas. Hubo ironía y sarcasmo. Aplausos y sanas dosis de humor. Y no hubo moralejas ni moralinas, sino análisis certeros.
¿Qué errores cometió la novia de Xavier Sala i Martín? «En primer lugar, distorsionó la economía del pueblo comprando esas cantidades de caramelos y regalándolos. Luego, provocó que los niños, en lugar de ir al colegio, la siguiesen por todos lados, conscientes de que habría más caramelos. Generó violencia. Generó corrupción. Y nunca preguntó a la gente de ese pueblo qué era lo que necesitaban. Por eso compró caramelos en lugar de medicinas».
«¿Por qué hizo tan mal todo esto? Pues porque el coste de hacerlo mal era cero. ¡No pasa nada! Esta mujer ni se enteró de que lo estaba haciendo mal, y no tenía consecuencias para ella. Y eso es el resumen de lo que hacemos mal cuando hacemos cooperación».
Ya era hora que implementaras el blog para poder compartirlo. Lo echaba en falta. Te contaré una historia que me ha sugerido este relato:
Recuerdo, de jóven, en el internado, que yo estaba estudiando con la radio encendida en mi habitación. De repente llaman a la puerta, era el responsable de mantener el estudio en su justo orden: «tu radio molesta» me dijo. «No me habia dado cuenta» contesté. «Ese es el problema» me replicó. Vamos por la vida haciendo lo que nos da la gana sin preguntar a nadie nada. Pero lo peor es que nos hemos acostumbrado tanto, que nadie pide lo que necesita y se conforma con lo que le dan. Son errores no conscientes pero muy perjudiciales.
Como dice el proverbio español: «El infierno está lleno de buenas intenciones…»