Hace unos meses comentábamos el libro «Nada es gratis», y en concreto el apartado de cómo evaluar el trabajo docente
Hoy leo en El País que la ciudad de New York ha decidido evaluar y hacer públicos los resultados de los profesores con nombres y apellidos.
Cualquier sistema de evaluación de la calidad tendrá defectos y detractores…pero siempre será mejor que «el café para todos», que lleva a la desmotivación y a la parálisis del sistema.