Hasta la llegada de las redes sociales la mayor parte de los cortos premiados eran desconocidos para la gran audiencia.
El efecto viral hace que lo que nos gusta se comparta y se difunda mediante el boca a boca a una velocidad de vértigo.
Este ha sido el caso de Cuerdas.
Mis alumnos de 4º de la ESO de Iniciativa Emprendedora lloraron con este emotivo corto de nueve minutos.
Después utilizamos la clase para debatir cuál debería ser el modelo de negocio para explotar comercialmente un corto así, y salieron cosas muy interesantes (y no excluyentes):
– Canal oficial de Youtube para evitar que los pagos por publicidad se vayan a los que lo suben de forma pirata.
– Elaboración (y venta) de materiales didácticos para utilizar este corto en los colegios.
– Utilizarlo como gancho para obtener financiación para hacer un largometraje (como ha pasado con Tadeo Jones).
Y muchas, muchas ideas más….
Al final, una vez más la industria del cine está reaccionando de una forma muy lenta ante la realidad y no existe otra posibilidad que ver este maravilloso vídeo de «forma pirata» en lugar de poder verlo en un canal legal y que las visitas o los micropagos fueran directamente a sus creadores.