Estamos estudiando qué es una organización y lo difícil que es realizar cambios en su estructura.
El taylorismo diseñaba la organización «para toda la vida», los cambios del entorno eran muy lentos, por lo que con pequeños ajustes la organización podía seguir siendo eficiente durante generaciones.
Vivimos en una era trepidante, en la que el cambio es continuo.
Como consumidores nos maravilla ver tanto avance, pero como trabajadores (productores de un bien o servicio) ¡nos aterra!
¿Estaremos a la altura? ¿nos barrerá de un plumazo el perverso sistema capitalista schumpeteriano de creación destructora??…
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El sistema educativo español con sus virtudes, defectos, parches…ha finalizado una época.
Por las noticias que me llegan de ex-alumnos, con Bolonia la universidad se ha puesto las pilas.
En sólo dos meses lo que me están relatando me ilusiona: 30%-40% de la nota trabajos prácticos, investigación, tutorías que comienzan a ser efectivas, debates, profesores más implicados, exámenes más ajustados a la realidad…
Muchos profesores que imparten el master de formación de profesorado «el nuevo CAP» coinciden: los alumnos al pagar exigen más y se trabaja y se aprende más. Evidentemente exige más esfuerzo al docente, pero creo que merece la pena: blogs, wikis…comienzan a ser habituales en el Master… y eso es muy bueno.
Supongo que otros tendrán una visión más crítica o pesimista, pero honestamente no pensaba que el cambio pudiera ser tan rápido y tan drástico (no olvidemos que las universidades españolas tienen posiciones pésimas en los rankings internacionales).
Una alumna me decía que daban por supuesto que sabían inglés, les daban todo el material en esta lengua y debían investigar datos sobre el crack del 29 en complejas páginas estadísticas americanas.
Sí, es duro, esta alumna se pasa el día entero en la facultad, entre clases, tutorías y trabajos prácticos. Pero más duro me resultaba estar copiando apuntes caducos durante 6 horas seguidas en aulas masificadas.
Muchas veces, los que estamos dentro de una organización, nos quejamos del cambio, vemos más sus defectos que sus virtudes, esperamos que el cambio sea perfecto y rápido.
En el caso educativo, quedarse quietos es la peor decisión posible.
La universidad únicamente tenía sentido como selección natural de alumnos capaz de trabajar muy duro para aprender realmente muy poco.