Una compañera tuvo ayer la entrevista para entrar en la prestigiosa escuela de hostelería de Santiago de Compostela.
Así que en clase hablamos un poco de Ferran Adriá y su restaurante El Bulli (considerado el mejor del mundo).

Hoy he leído dos artículos interesantes sobre los resultados empresariales del restaurante.
En ambos se comenta que el restaurante pierde ¡medio millón de euros al año!, al parecer el resto de las empresas del grupo lo sostiene financieramente.
En El Mundo Adriá explica que no es millonario como la gente cree:
«no soy millonario», sino que vive «una vida normal»: no tiene hijos, tiene una vivienda «normal y un coche pequeño» y no tiene «ninguna ambición».
Entendemos, ambición materialista…

El artículo de Expansión también es muy interesante:
«Al líder de la cocina española y mundial le fascinan los números (le gusta seguir la marcha de la bolsa española en webs como Expansión.com), hablar en términos empresariales y económicos y, si se tercia, retar a la crisis con fuertes dosis innovación (hoy, por ejemplo, presenta su incorporación a Innovarh, una iniciativa creada para promover la gestión del talento directivo, impulsada por la escuela de negocios Esade y compañías como Siemens).
Aun así, Adrià mantiene que la rentabilidad es inviable en un restaurante de alta cocina. Frente a unas pérdidas de medio millón de euros anuales, elBulli genera un negocio de unos 4 millones de euros, si se incluye todo lo que engloba elBulli S.L.: restaurante, taller en Barcelona, edición de libros, conferencias y asesorías (como las de NH Hoteles y los cafés Lavazza). «Sostener económicamente elBulli y su taller de Barcelona cuesta unos 400.000 euros al año», señaló Ferran Adrià, en una entrevista con EXPANSIÓN, en mayo de 2009.