Todos los diarios on-line recogen, los Premio Nobel de Economía de este año:
«Los estadounidenses Elinor Osrom y Oliver E. Williamson son los ganadores del Premio Nobel de Economía 2009.
El jurado ha querido premiar sus análisis sobre la política económica y sobre los límites de las empresas, según ha apuntado en un comunicado.
Ostrom, la primera mujer que recibirá un Nobel de Economía, ha sido galardonada por sus teorías sobre el papel de las empresas en la resolución de conflictos y por sus análisis sobre las transacciones económicas que se realizan no sólo a través de los mercados, empresas, asociaciones y familias.»
No pongo sus fotos, ni me extiendo en sus importantes aportaciones…ya que durante estos días los periódicos se llenarán de entrevistas, notas, artículos técnicos…
Aprovecho la situación para denunciar,en mi opinión, una de las mayores injusticias en la no concesión de un Nobel.
Joan Robinson fue una de las economistas más importantes del siglo XX. Cuando estudiamos el año pasado el tema de la competencia imperfecta, casi todo lo aprendido se lo debemos a ella.
Fue discriminada en la universidad por ser mujer, y no se le concedió el merecido Nobel. Lamentablemente, los libros de texto de bachillerato la han ninguneado, y no aparece ni nombrada.
Los Premio Nobel no se conceden a título póstumo (a fallecidos), por lo que no es posible reparar el hecho.
Esta nota sobre ella la elaboré hace un año. La incluiré en el Libro de Texto de Economía de 1º de Bachillerato que estoy terminando.
Joan Robinson (1903-1983)
A pesar de que la economía inicialmente era una disciplina mayoritariamente poblada de hombres, está considerada como uno de economistas más destacados del siglo XX.
Sus contribuciones a la economía abordaron múltiples áreas: introdujo la teoría de la competencia imperfecta en su famoso libro “Economía de la competencia imperfecta”(1933), colaboró con John Maynard Keynes en su célebre “Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero” y después, entre otras muchas cosas, elaboró profundos estudios sobre el desarrollo económico.
El hecho de que fue Profesora en la Universidad de Cambridge desde 1931, sin llegar a ser catedrática hasta 1965, y de que nunca le dieron el Premio Nobel, ha sido visto por muchos como injusto y deliberadamente discriminatorio.
Tenía una personalidad tan fuerte que Amrtya Sen, (Premio Nobel de Economía al que Robinson supervisó su tesis), la definió como «totalmente brillante, pero vigorosamente intolerante». Robinson no tenía pelos en la lengua para expresar su opiniones y hablar claro, en cierta ocasión expresó que el principal propósito de estudiar economía era, precisamente, «aprender a evitar ser engañado por economistas».